Browse reviews

FringeReview Worldwide 2023

Los finales felices son para otros

Ignacio Gómez Bustamante y Nelson Valente

Genre: Classical and Shakespeare, International, Theatre, Tragedy

Venue: La Villaroel

Festival:


Low Down

Mariano Saba escribe una adaptación moderna de Ricardo III, dirigida por Ignacio Gómez Bustamante y Nelson Valente, y producida por Nelson Valente para el teatro La Villaroel en Barcelona.

Review

Shakespeare’s plays are timeless, with endless possibilities to adapt them to diverse contexts and times. An Argentinian company brings Los finales felices son para otros (Happy Endings are for Others), a story based on Richard III, set in a rundown factory in a town in Buenos Aires. The kingdom becomes a decadent industrial site governed by León, the older brother, aided by his brothers Ricardo and Leto. Instantly an abusive dynamic is established between the brothers, especially towards Ricardo, who has been clearly attacked physically and psychologically all his life due to his disability. Tired and hungry for power, he plans to take it all and kill his brothers. The events that proceed represent the purest peaks and essence of Richard III, turning Shakespeare’s second longest play into a modern and industrial piece with a fast pace and consistent tension. The story is clear and skilful in stressing the corrupting quality of ambition and power, as well as painfully highlighting that abuse begets abuse. The writing is laudable, adapting the play in a way that makes it seem like it was always written to be set this way. The ensemble is impeccable, especially the three brothers that perfectly create a familiar and repulsive environment. The lead, Julian Ponce Campos is a true powerhouse, playing an extremely physically and mentally demanding character perfectly. The directors have joined all elements beautifully to create a wonderful adaptation. Los finales felices son para otros deserves a larger audience, bringing excellence and diversity to a Barcelona theatre scene that doesn’t see enough Latin American theatre. 

 

Las obras de Shakespeare tienen una atemporalidad que hacen posible su adaptación a diversos contextos y tiempos. Una agrupación argentina nos trae Los finales felices son para otros, una historia basada en Ricardo III, ambientada en una fábrica en quiebra de un pueblo de Buenos Aires. El reino se vuelve un taller decadente gobernado por León, el hermano mayor, asistido por sus hermanos Ricardo y Leto. Instantáneamente una dinámica abusiva se establece entre los tres hermanos, exquisitamente delineada dentro de la idiosincrasia de estos trabajadores de fábrica, pero sobre todo contra Ricardo, quien ha sido claramente atacado física y psicológicamente toda su vida debido a su discapacidad. Cansado y con hambre de poder, él planea quedarse con todo y matar a sus hermanos. Los eventos que prosiguen representan los hitos y la esencia más pura de Ricardo III, volviendo la segunda obra más larga de Shakespeare una obra moderna e industrial cuyo paso nunca deja la tensión. 

Los finales felices son para otros trata con claridad y habilidad cuanto corrompe la ambición de poder al hombre pero además resalta dolorosamente como el abuso solo genera más abuso. La dramaturgia es envidiable, la obra encaja perfectamente en este pueblo bonaerense decadente como si hubiese sido originalmente ambientada allí, pero igualmente mantiene el cuerpo y la fuerza del clásico original. La historia es fascinante y no deja de tener al público expectante. 

Las actuaciones son impecables, sobre todo las de los tres hermanos: Julian Ponce Campos como Ricardo, Martin Gallo como Leon y Augusto Ghirardelli como Leto. La relación de hermanos es tan cotidiana como repulsiva, desempeñando escenas tremendamente abusivas e interpretadas a la perfección. El machismo bonaerense es representado por los tres con una verosimilitud que te hace olvidar que estás viendo actores. Cada vez que una mujer entraba en escena yo sentía terror de lo que les pudiera pasar en su presencia. Tanto la dirección de actores como la conexión de desempeñar una obra como ensamble por dos años antes de llegar a Barcelona es palpable. Quien más me sorprendió y perturbó fue el protagonista Julian Ponce Campos que crea un Ricardo inquietante, vulnerable y malicioso, interpretado con un compromiso loable. El desgaste emocional y físico por el que pasa el actor es impresionante, por momentos sus movimientos y expresiones faciales me remontan a una serpiente, imagen potente y precisa para el personaje. 

La escenografía y el atrezzo se muestran inicialmente convencionales, representando de manera realista la oficina del taller, único espacio donde toda la obra se desarrolla. Sin embargo, mientras más atrocidades se cometen a lo largo de la historia aparece el mundo de las alucinaciones de Ricardo, de manera efímera y poderosa. Lo que parecía la pared detrás del escenario es una cortina que se abre para mostrar una gradería donde en la oscuridad se encuentran las alucinaciones que atormentan al personaje, iluminadas sutil y exquisitamente, otorgando una vasta atmósfera a la obra y dividiendo el mundo real de la mente del protagonista. 

La dirección de Ignacio Gómez Bustamante y Nelson Valente amarra todos los elementos mencionados para traernos una adaptación maravillosa. Los finales felices son para otros es una obra que merece una audiencia mayor, no solo por su excelencia si no también por la diversidad de su historia y sus personajes. No es común encontrar obras latinoamericanas en Barcelona y en esta en particular enriquece la oferta teatral tremendamente, actualizando los planteamientos de Shakespeare a una realidad contemporánea y de idiosincrasia bonaerense, recordándonos lo atemporal de la ambición de poder y la degradación del hombre.

Published